Cuando el uso de influencers en acciones de marketing en Twitter es llevado a nivel supremo.
Suelo ser de los que defiende el uso de Twitter con cierta vehemencia. Me parece una red social altamente interesante: dinámica, activa, inmediata…
Uso Twitter exclusivamente a nivel personal. Me informo de la actualidad política, social, económica, deportiva, empresarial… me gusta seguir lo que tuitean y debatir con otr@s usuari@s, tanto con los que coinciden con mi punto de vista como con los que no, así que antes de buscarme y seguirme en la red social del «pardalet» estate seguro de que no te molesta que sea algo zurdo en las ideas y herculano hasta las trancas ?
A lo que iba. Dedicándome a lo que me dedico (marketing online, por si no lo tenías claro) he intentado vincular Twitter dentro del «mix» en las estrategias de comunicación digital de mis clientes, pero más allá de proponer usarlo como un eficaz canal de atención al cliente y mero «replicador» de posts de sus otras redes sociales, siempre he tenido la sensación de no haberle sacado todo el jugo (salvo, por supuesto, los clientes que son medios de comunicación).
En los últimos años he visto con atención la evolución en Twitter, tanto de la propia plataforma como el uso que hacen de ella l@s tuiter@s; llegada del mundo GIF animado, aumento del número de caracteres, los «hilos» de conversaciones…
¡Ay los hilos! Cuánta vidilla nos dan a los tuiteros, qué buenos raticos en el baño pasamos con ellos… hilos que cuentan historias de misterio, de amor, de amistad… e incluso otros hilos más serios que nos cuentan efemérides históricas, datos sobre economía o sobre cómo estamos mandando este mundo a la mierda por no tratarlo como se merece.
Por fin una acción de marketing en Twitter interesante
Esta mañana, en esta ocasión y sin que sirva de precedente mientras tomaba café :D, he picado en el anzuelo de otro hilo de Twitter. Generalmente el nombre de usuario y la foto de perfil de un tuitero ya deja claro de qué pie cojea… si va de coña, de coach-consultor-gurú o si es el gabinete de comunicación de un político cuyo «patrón» no ha entrado en Twitter en su vida ni sabe de qué va el juego.
He picado, os decía. El nombre de usuario «Retrete Tuitero» ya sugería que podía pasar 5 minutillos entretenidos: «Os voy a contar una historia que me ocurrió en mis años mozos universitarios allá en la Sevilla de los 90(…)» bueno, nunca he sido muy de faralaes, andaluceh simpáticoh ni palmas encima de un tablao, pero viendo la gran cantidad de FAVS y RT que tiene, le doy una oportunidad.
No os voy a hacer spoiler, pero a grandes rasgos el hilo trata sobre su relación, a la hora de intentar ligar con las chicas, con Gunnar un guapo vikingo nórdico que estuvo de intercambio en su universidad y que se las llevaba a todas de calle.
(ALERTA SPOILER) Si no quieres que te descubra el final del hilo, te recomiendo que lo leas antes de seguir por aquí.
Mi lectura del hilo iba salpicada de risas, la historia estaba narrada con gracia – ya sabéis, lo simpáticoh que son los andaluceh ?- que si la espada del vikingo, que si la naranja, que si osiiiiiiiiiiaaaaaaa…. que si llega la moraleja con el producto nacional y, de repente, ZASCA, te habías dejado llevar y como quien no quiere la cosa ahí estaba, como si nada, azulito, invitándote a hacer clic, un maravilloso enlace que venía al cuento del «mejor uno de aquí». Él es la marca a la que apunta el enlace y el vikingo Amazon.
Y así, señoras y señores, sin más, se contrata a un influencer (maldito puto palabro) prescriptor, recomendador… ¿que la empresa (a la que no voy a hacer publicidad, ya que no es mi cliente, aunque bastante le estamos haciendo ya) podía haber contratado a un influencer cachas colgando un cuadro diciendo «yo siempre compro mis taladros en XXXX» pues sí, claro.
Pero ¿a que no hubiera sido lo mismo? ?
Ahora sólo quedamos a la espera de ver la efectividad no sólo en branding del cliente en cuestión, vamos en ventas puras y duras, ¿tendrá a bien Retrete Tuitero en comentarlo con nosotros? A ver…
